Nuestra visita se inició con una introducción a la historia frente al monumento de Balasc d'Alagó. Seguidamente, tomamos el camino que nos llevó a la Ermita de Sant Roc, actualmente en restauración, situada en lo alto del Coll d'En Timor, dónde pudimos disfrutar de unas agradables vistas.
Siguiendo con el recorrido, nos introducimos en el casco histórico de Benassal, comenzando por el Forn de Dalt, la Mola, (siendo ésta la primera residencia de Berenguer de Calatarrà) y los llamados Carrerons. Desde allí accedimos a la Fundación Carles Salvador, célebre poeta, gramático y maestro, dónde pudimos contemplar su biblioteca y despacho. En otra sala del mismo edificio está ubicado el Museo Arqueológico de l’Alt Maestrat.
Continuando con nuestra visita por Benassal, llegamos a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en cuyo interior contemplamos sus diferentes estilos arquitectónicos. El Párroco, muy amablemente, nos mostró el tesoro parroquial formado por ornamentos religiosos y orfebrería. También pudimos acceder al interior de la capilla de la comunión, dónde está situada la escultura de La Última Cena, magnífica obra de José Gonzalvo esculpida en forja.
Acto seguido, en el exterior, contemplamos el Mural del citado escultor, conmemorativo del 750 aniversario de la Fundación de Benassal.
Muy cerca de la Iglesia se encuentran las casas solariegas de Sanchez-Cotanda y Matutano, dónde cabe destacar sus grandes puertas de estilo barroco.
Y finalizando la visita por el casco histórico pudimos ver los restos de la muralla y las torres de la Presó, la Redona y d’En Garcés, al lado de la cual se encuentran los Llavadors, actualmente en restauración.
A continuación, nos desplazamos hasta el conjunto de la Font d’En Segures, en la cual se encuentra la Ermita de Sant Llibori, totalmente restaurada. Unos metros más arriba, encontramos la fuente que da nombre al conjunto, cuyas aguas mineromedicinales atraen numerosos turistas en los meses estivales y dónde recientemente se inauguró el Centro Termal.
Desde allí el trayecto continuó hasta el Rivet, dónde finalizó nuestra visita y pudimos contemplar un magnífico bosque compuesto de encinas, carrascas, robles y especies relictas de la flora eurosiberiana.
